Pese a la lluvia que amenaza la búsqueda y la inestabilidad del terreno, por cuarto día consecutivo los rescatistas reúnen esfuerzos para encontrar a las personas que quedaron atrapadas entre los escombros de las 163 casas que se calcula resultaron destruidas.
Al mediodía de este miércoles comenzó a llover y los rescatistas abandonaron la zona de desastre, pues el agua podría provocar nuevos deslizamientos. Las labores fueron retomadas una vez cesadas las precipitaciones.
Medios locales resaltan hoy la conmovedora historia de Heriberto Castro, un comerciante peruano que llamó a su hija la noche del miércoles para decirle que «está vivo» entre los escombros del deslave en Alausí.
El suceso ha devuelto la esperanza a rescatistas y familiares de los afectados de poder encontrar sobrevivientes del desastre.
“Mi hermano está vivo, sáquenlo. Acaba de llamar por teléfono”, decía Marina Castro, quien llegó a la zona cero de Alausí, llorando, para pedir a los rescatistas que buscaran a su hermano tras recibir su llamada desde los escombros en esa localidad.
Según Marina, Heriberto había llegado a Alausí por una semana para vender remedios naturales y detalló que su hermano estaba hablando por teléfono con su familia en Perú justo antes del desastre, por eso tenía con él su teléfono.
Al momento de hablar con su hija, Heriberto detalló que estaba a oscuras, que no escuchaba nada, pero que sí podía respirar y rogaba que lo sacaran cuanto antes.
Marina espera que su hermano tenga oxígeno suficiente para resistir hasta que los rescatistas logren sacarlo a la superficie.
Según los cálculos de los bomberos en esa zona, los inmuebles están sepultados a 20 metros bajo tierra.
La última actualización de la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) en Ecuador, producto del deslizamiento del cerro, resultaron heridas 33 personas, 67 permanecen desaparecidas, 500 afectadas, 163 viviendas sepultadas y unas 57 destruidas.
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