Se trata de una manera de clasificar los alimentos según el tipo y composición nutricional, que tiene en cuenta la cantidad de grasas saturadas, azúcar o sal que contienen, pero también qué clase de comestibles son por razones relacionadas con la prevención de enfermedades y la promoción de la salud.
Para eso la OMS establece categorías, que van desde zumos y cereales de desayuno hasta bebidas energéticas, frutas y verduras procesadas.
El principal objetivo de esta categorización es que los países puedan usarla como referencia para desarrollar políticas que restrinjan la publicidad y comercialización de alimentos insanos para los menores. Los nuevos perfiles nutricionales cubren todos los alimentos y las bebidas no alcohólicas que se venden para los niños mayores de tres años, y se establecen a partir del análisis del contenido de energía, grasas totales, grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcares totales, azúcares agregados, edulcorantes sin azúcar y sodio o sal.
Con esta valoración la OMS estimó que apenas la cuarta parte de los alimentos y bebidas que se comercializan deberían formar parte de los anuncios y la dieta cotidiana de los menores.
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