Son de las fechas más esperadas en el país ibérico, con fuerte arraigo católico que va desde las ceremonias en iglesias y calles de distintas ciudades, el folclor en su máxima expresión en Andalucía y en especial en Sevilla, junto con el disfrute de platillos típicos de la época.
No hacen falta muchas razones en España para los convites en bares y restaurantes, y, sin faltar a la solemnidad de la Semana Santa, se presta mucho a encuentros de familiares, amigos y contertulios aprovechando los días feriados.
Las procesiones son sin dudas las máximas atracciones. Llegan para llenar de penitentes, imágenes y liturgia religiosa las calles de toda España, con Las Turbas, en Cuenca; La Madrugá sevillana o el Cristo de Mena, en Málaga, entre las más populares.
En Sevilla, la noche del jueves al Viernes Santo (del 6 al 7 de abril) tiene lugar La Madrugá, cuando las procesiones de El Silencio, El Gran Poder, La Macarena, El Calvario, Esperanza de Triana y Los Gitanos toman la ciudad a medianoche hasta las 14:30 hora local.
El clímax del Domingo de Resurrección-La carrerita de la Virgen, tiene lugar en Villanueva de la Serena, Badajoz, donde miles de personas de concentran en la Plaza de España para presenciar el reencuentro de la Virgen con su hijo.
Una tradición que viene desde el siglo XVII y está declarado Interés Turístico de Extremadura. Recibe su nombre por la velocidad a la que transportan la imagen de la Virgen de la Aurora al encuentro con la imagen del Cristo Resucitado.
En general, las calles de pueblos y ciudades verán desfilar mesas cubiertas de flores y coronadas por tallas de Jesucristo o la Virgen María, que se verán en sitios emblemáticos de Madrid, Cuenca, Málaga, Valladolid, Zamora, Calanda (Teruel), Orihuela (Alicante) y Murcia.
Es Semana Santa igualmente una prueba anual para la gastronomía, esmerada en platos de mariscos y pescados, garbanzos, espinacas, vegetales, junto a una variedad tremenda de dulces.
rob/ft