La directora ejecutiva y propietaria del órgano, Lisa Barnard, declaró que para esa edición exclusiva se circularon 70 mil ejemplares para venderse en el país, además, de hacerlos llegar a Canadá, Australia y Estados Unidos.
Esa revista, primera ilustrada en Inglaterra, encomendó a Barford obsequiar al monarca el óleo y para ello reveló la manera en que lo hizo.
Nunca me senté frente al rey Carlos para matizar el cuadro, lo observé durante una velada a la cual asistió en el Palacio de Buckingham en febrero y tomé algunas fotos con mi móvil, declaró el joven artista de la plástica, otrora alumno de Bellas Artes en la universidad pública de Falmouth.
Ya antes pinté a Isabel II para la misma publicación en homenaje al reinado más largo de la historia de esa nación, añadió.
Barford afirmó que estaba afectado por la intercomunicación del soberano con los invitados al evento y reflejó en su retrato la empatía de Carlos con los invitados, luego completó su obra en dos semanas.
De acuerdo con el creador, fue precisamente durante esa recepción donde tuvo la oportunidad de estudiar al rey para el dibujo, pues quería capturar su calidez y sensibilidad, además, de captar con su lente una expresión comprensiva.
En el cuadro aparece un brazalete, regalo del líder indígena amazónico Domingo Pass como tributo de los pueblos nativos y en favor de la biodiversidad.
La pulsera simboliza la lucha y defensa de la sostenibilidad ambiental, patente también en la imagen que ahora aguarda la investidura en la abadía de Westminster.
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