No creo que podamos lograr una soberanía ahora mismo, pues necesitamos trabajar en una campaña coordinada, afirmó Rusell al diario The Herald.
Ese objetivo se podría alcanzar, aseguró el dirigente político de un partido que desde su fundación hace 89 años busca la independencia escocesa del Reino Unido, pero consideró que esas aspiraciones se hacen más difíciles, después de una serie de escándalos que afectaron a esa agrupación.
Durante los 50 años que llevo en el SNP, esta es la peor y más profunda crisis interna vista en nuestras filas, al menos desde que estoy al frente de ese partido, comentó.
Nicola Sturgeon debió dimitir de su puesto de primera ministra en febrero pasado, en medio de un escándalo que involucró a su esposo Piter Murell, quien renunció a su cargo de secretario ejecutivo del SNP a mediados de marzo por irregularidades en las membresías de ese partido.
Murell, quien ocupaba la referida responsabilidad desde 1999, fue arrestado recientemente, en el marco de una investigación y sometido a un interrogatorio en un jurado por 11 horas, tras lo cual se declaró inocente, pero la pesquisa continúa.
El escándalo pareció afectar las aspiraciones de los nacionalistas escoceses, opuestos a la salida del Reino Unido de la Unión Europea, conocido como Brexit, después de una decisión del Tribunal Supremo de considerar ilegal cualquier intento de repetir un referendo de soberanía.
El 18 de septiembre de 2014, al plebiscito acudió el 84,6 por ciento de los empadronados en Escocia, de los cuales el 55,3 por ciento se pronunció en contra de la salida de esa región del Reino Unido y el 44,7 apoyó la iniciativa.
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