De acuerdo con un comunicado divulgado por la oficina de prensa de la santa sede, el sumo pontífice expresó que “con espíritu agradecido, ruego al Dios de la paz que lo logrado en ese pasaje histórico se consolide en beneficio de todos los hombres y mujeres de la Isla de Irlanda”.
Desde la ventana de su estudio en el palacio Apostólico Vaticano, Francisco se dirigió a las 12:00, hora local, de este lunes a los fieles congregados en la plaza de San Pedro, para evocar esta fecha en la “que se puso fin a la violencia de décadas” con un pacto entre los Gobiernos británico e irlandés.
Ese acuerdo, conocido como de Viernes Santo, contó con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos de Irlanda del Norte, y fue aprobado en referendo por la población de la parte septentrional de la isla, así como por los ciudadanos de la República de Irlanda.
Entre las condiciones que se aceptaron por ambas partes hace cinco lustros, se encontraban el compromiso de paz entre los partidos políticos de la región, con el uso de «medios exclusivamente pacíficos y democráticos», así como la creación de la Asamblea Legislativa de Irlanda del Norte.
También se estableció el desarme de los grupos paramilitares, la transformación de la Policía Real Militarizada de Úlster en un servicio de policía civil, la retirada de las tropas británicas, y la libertad condicional de los paramilitares pertenecientes a las organizaciones que respetasen el alto fuego.
Durante la celebración ayer del Domingo de Pascua, Francisco hizo precisamente un llamado en su oración Urbi et Orbi “a superar los conflictos y las divisiones”, así como “a recorrer senderos de paz y de fraternidad”, según dijo, “en un camino de confianza recíproca, entre las personas, entre los pueblos y las naciones”.
Francisco trasladó finalmente este lunes, ante los asistentes al rezo Regis Caelis, su agradecimiento “a todos los que me habéis hecho llegar expresiones de buenos deseos en estos días”, luego de recuperarse de una bronquitis por la que permaneció ingresado entre el 29 de marzo y el 1 de abril, tras lo cual presidió las celebraciones de la Semana Santa.
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