De acuerdo con la SGR, en todos los sectores que han sido declarados en alerta amarilla o naranja, existen deficiencias con el manejo de las aguas residuales.
En la localidad de Alausí, en la provincia de Chimborazo, donde el pasado 26 de marzo un deslizamiento tierra sepultó cinco barrios y ocasionó la muerte de 35 personas hasta el momento, los factores desencadenantes de las fisuras en el suelo fueron la falta de un sistema adecuado de drenaje y alcantarillado, detalló la SGR.
Un estudio técnico realizado recientemente en esa zona de la sierra ecuatoriana reveló que cuando llueve no existe un sistema adecuado de alcantarillado, por lo que las aguas residuales se infiltran en el suelo provocando un alto nivel de humedad.
El subsecretario de Respuesta de Gestión de Riesgos Johan Coronel, explicó que cuando no son manejadas de forma técnica, el agua de riego, el agua potable o las lluvias se infiltran en las montañas o laderas, como ocurre en Alausí.
El agua que se infiltra en las montañas satura el suelo y eso provoca que la tierra empiece a desplazarse. A este panorama se suma el fuerte invierno que azota este año a la nación sudamericana, enfatizó.
Entretanto, residentes de la comunidad Huigra, en la provincia ecuatoriana de Chimborazo, abandonaron sus viviendas ante la declaratoria de alerta naranja por el peligro de deslaves en ese territorio andino.
Según la SGR, el área de peligro de un inminente deslizamiento es de 152 hectáreas de los barrios de Namza Chico, Pazán, Quebrada La Ninfa, UE Eloy Alfaro y Puente Chachán.
Entre el 1 de enero y el 9 de abril de 2023, en Ecuador han ocurrido 487 deslizamientos a causa de las lluvias, la degradación de los suelos y las malas condiciones de los sistemas de alcantarillado en las comunidades de la sierra, de acuerdo con las cifras de la SGR.
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