“¡No los toques! Su daño es similar al de una medusa. Puede causar lesiones en la piel y complicaciones en personas sensibles”, reiteró Marn en su informe sobre EL «bicho».
Glaucus atlanticus, también conocido como dragón azul, es una especie de gasterópodo nudibranquio de la familia Glaucidae. Vaya nombres.
Por la descripción es algo monstruoso aunque los expertos señalan que el denominado “dragón azul” mide de tres a cuatro centímetros de largo.
En su parte dorsal presenta una coloración azul plateada, y ventralmente un azul pálido. Posee rayas azules oscuras o negras a lo largo del pie. Tiene un cuerpo troncocónico aplanado con seis apéndices que se ramifican en rayos cerata. Los dientes de su rádula se asemejan a espadas, según la descripción.
El Marn alertó de su presencia en una temporada donde las visitas de turistas a las playas del país aumentaron en los últimos días e insistió en no tocar esta “rara” especie.
Las autoridades explicaron que al tocarlos pueden generar sensaciones similares a las quemaduras de las medusas o el chichicaste.
Medio Ambiente indicó que estos dragones marinos pueden ocasionar dolor, irritación, ardor y la sensación de quemazón. jcm/lb