Su estancia en esa municipalidad contempla la asistencia mañana a la toma de posesión de su compatriota Dilma Rousseff al frente del Nuevo Banco de Desarrollo, establecido por los miembros del grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) para financiar proyectos de infraestructura.
Luego Lula se desplazará a Beijing y el viernes lo recibirá formalmente su homólogo anfitrión, Xi Jinping, con quien pasará revista a cuestiones bilaterales y a una propuesta para conformar un club de mediadores en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Ese mismo día, además, dialogará con el primer ministro Li Qiang, y el líder parlamentario, Zhao Leji.
Al dignatario lo acompaña una amplia delegación de empresarios, pues como parte del programa debe sellarse una veintena de acuerdos en diferentes sectores y habrá reuniones con hombres de negocio.
Igualmente, la prensa china habla de la posible incorporación de Brasil a la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, con lo cual sería el país número 22 de América Latina y El Caribe en dar ese paso.
Lula estará en China hasta el sábado y se espera que el viaje de impulso renovado a los nexos económico-comerciales entre dos de los principales mercados emergentes del mundo.
Su visita estaba planificada del 26 al 31 de marzo pasado, pero fue pospuesta luego de ser diagnosticado y hospitalizado con una bronconeumonía.
Cuando asumió la presidencia en enero pasado, Xi le expresó voluntad de fortalecer la alianza bilateral, y destacó que China y Brasil son grandes naciones en desarrollo con amplia influencia global e importantes mercados emergentes.
Mencionó los intereses compartidos y las responsabilidades comunes como socios estratégicos, así como el fluido dinamismo de las relaciones durante sus 48 años de establecidas.
Asimismo, abogó por dar continuidad a esa tendencia bajo el mandato de Lula y propuso ampliar la cooperación en beneficio de ambos países y sus pueblos.
La última visita a China de un dignatario brasileño fue en octubre de 2019, la desarrolló el expresidente Jair Bolsonaro con una agenda marcada por asuntos económicos y arrojó pactos en la agricultura e infraestructura.
No obstante, el gigante asiático sostiene que su proyecto de la Franja y la Ruta tiene potencial para ampliar más la cooperación en esas áreas y otras como la construcción de satélites, inteligencia artificial, el despliegue de la ultrarrápida red 5G, turismo y deportes, entre otros.
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