La fecha fue proclamada en 1989 por la Federación Mundial de Hemofilia, que eligió la fecha en conmemoración del nacimiento de su fundador Frank Schnabel.
Su objetivo es concienciar a la población sobre esta enfermedad y lograr compartir conocimientos e investigación para mejorar la calidad de vida de los pacientes que la padecen.
Este año se hace hincapié en la prevención de hemorragias para todas las personas con transtornos de la coagulación, lo que significa implementar un tratamiento profiláctico en el hogar para ayudar a esas personas a llevar una mejor calidad de vida.
La hemofilia es una patología congénita, que no permite que la sangre se coagule de la manera correcta, es un padecimiento crónico y progresivo que se caracteriza por presentar hemorragias de forma permanente en el paciente, las cuales se dan de manera repentina.
Según la literatura médica, esto ocurre por la ausencia en la sangre de una proteína esencial denominada factor de coagulación, defecto que provoca una lenta formación del coágulo que impide el sangrado, y como consecuencia las lesiones o heridas sangran durante más tiempo del debido.
El síntoma recurrente de la hemofilia es la presencia de sangrado, pero afecta otros sistemas del organismo que son vitales para la vida.
De acuerdo con la Federación Mundial de Hemofilia en los últimos años hay avances significativos para el tratamiento y una posible cura de esta enfermedad, lo cual se cree posible a través de la aplicación de una terapia génica.
En estudios más recientes, realizados en perros, se pudo comprobar que estos animales al ser inyectados con una sustancia clonada con el factor, lograron un resultado satisfactorio, que ya ha sido probado en personas que presentan hemofilia tipo B.
Para la hemofilia tipo A también hay progresos a partir de un ensayo desarrollado en Japón con el empleo de anticuerpos que imitan el factor VIII, y aunque está en fase experimental arrojó resultados positivos en los pacientes.
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