Los choques, que se extienden a la ciudad gemela de Omdurmán, en la ribera este del río Nilo, siguen a la ruptura de la tregua de tres días anunciada por los beligerantes, la cual apenas sobrevivió unas horas.
La fiereza de los combates puede medirse por la participación de la Fuerza Aérea, que apoya al general al Burhan presidente del Consejo Soberano de Transición (CST) del que Hamdan es vicepresidente.
El detonante de la crisis entre los aliados de la víspera puede haber sido la interrupción día atrás del diálogo entre el CST y una coalición de gremios profesionales y organizaciones de la sociedad civil para elaborar un mapa de ruta para el retorno a la constitucionalidad.
Los conteos más confiables, emitidos por el Colegio Médico de Sudán, cifran en 97 el número de muertos y en cientos los heridos en los combates en la lucha por el poder entre ambos hombres protagonistas en 2021 del golpe de Estado que desbancó al Gobierno cívico-militar del ex primer ministro Abdallah Hamduk.
En una declaración circulada el pasado sábado Hamduk salió a la palestra pública para pedir a los beligerantes el cese inmediato de los combates y advirtió que “una guerra en Sudán significa una guerra en la región”.
Debido a la caótica situación en esta capital, Omdurmán y otras localidades varias embajadas, agencias de la ONU, entre estas el Programa Mundial de Alimentos, que perdió tres funcionarios en los primeros combates, y oficinas de organizaciones humanitarias recesaron actividades.
A pesar del encono de los choques aun no está claro qué fuerzas externas apoyan a los contrincantes.
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