Esas estadísticas tienden a ser efímeras debido a continuación de los combates en esta capital mientras la población civil está encerrada en sus casas bajo un calor de infierno sin agua potable, electricidad ni la posibilidad de abastecerse de productos de primera necesidad, mientras los hospitales y morgues están colapsados
Aíd el Fitr es la celebración que marca el fin del mes sagrado islámico de Ramadán durante la cual los fieles rompen el ayuno, visten sus mejores galas y practican la caridad.
El Gobierno militar es el encargado de facilitar el retorno a la constitucionalidad y en una alocución grabada el general el Burhan, enfrentado a su exaliado, Mohamed Hamdan Dagalo, caudillo de la milicia Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), expresó su confianza en que “saldremos de esta ordalía más unidos, con un solo ejército (…) y hacia un poder civil”.
Las expectativas parecen cada vez más lejanas ya que, aun cuando venza a su rival, a este le resta la alternativa de retirarse a su feudo en la región de Darfur (oeste) y comenzar una guerra de desgaste, la cual alienta temores de una extensión a países vecinos.
En tanto, el Ejército, leal a al Burhan; y las RSF emplean tanques, bombardeos aéreos y artilleros y denso fuego de fusiles en los combates, cuyo destino es incierto y lejano ya que ambos juran proseguir hasta la muerte.
Un atisbo de esperanza aparecido la víspera por el descenso de la violencia y el anuncio de una tregua, nació muerto ya que este viernes los choques recuperaron la violencia mostrada desde el inicio de la pugna por el poder entre ambos hombres hace casi una semana.
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