Bowers se enfrenta a 63 cargos por el atentado ocurrido un 27 de octubre casi cinco años atrás en el templo Tree of Life, de Pittsburgh, mientras los miembros de tres congregaciones judías celebraban actividades sabáticas en el edificio.
Aquel día, el atacante, un hombre blanco, entró en el recinto de la iglesia y gritó «Todos los judíos deben morir» antes de abrir fuego y disparar durante unos 20 minutos.
Las imputaciones incluyen 11 cargos de obstrucción del libre ejercicio de la religión con resultado de muerte e igual número de cargos por crímenes de odio que llevaron a 11 fallecimientos.
Durante el violento incidente también hirió a siete personas, entre ellas cinco agentes de policía que acudieron al lugar de los hechos, según los investigadores.
De ser declarado culpable, Bowers, de 50 años, podría recibir la pena capital y en su caso, aunque ofreció declararse culpable a cambio de cadena perpetua, los fiscales federales lo rechazaron.
Sus abogados dijeron recientemente que su cliente padece esquizofrenia y deficiencias cerebrales estructurales y funcionales.
Entre las pruebas en contra de Bowers están un rifle Colt AR-15, tres pistolas Glock .357 y cientos de casquillos, balas y fragmentos de balas ocupados.
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