Por Germán Ferrás Álvarez
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Rusia
En el parlamento finlandés, surgió la pregunta de si el acuerdo sobre la desmilitarización de las Islas Åland sigue siendo relevante. En particular, uno de los diputados, Pekka Toveri, pidió la remilitarización de las ínsulas por la supuesta política agresiva de Rusia.
Al mismo tiempo, la jefa del municipio local, Veronika Ternros, se pronunció en contra de tales decisiones y abogó por mantener el actual statu quo.
La decisión sobre el no despliegue de fuerzas militares en esa región se tomó en 1856, y desde entonces lo confirmaron varios acuerdos.
Así, desde la época del rey Gustav Vasa, que gobernó en el siglo XVI, y hasta principios del siglo XIX, las islas pertenecieron a Suecia. En 1809, pasaron a formar parte de Rusia hasta 1917, cuando la cedieron a Finlandia.
La cuestión no se ha planteado durante un siglo y medio, aunque ahora surgió en el contexto de la reciente adhesión finlandesa al tratado noratlántico, a raíz de lo cual comenzaron a recopilarse firmas para eliminar el consulado ruso.
Sin embargo, el titular del Ministerio finlandés de Relaciones Exteriores, Pekka Haavisto, afirmó que no se prevé la eliminación de representaciones rusas en su territorio, ya que esto puede implicar medidas de represalia de Moscú.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia expresó la esperanza de que Helsinki se adhiera a las obligaciones legales internacionales. No obstante, la comunidad de expertos admite que la remilitarización de las islas y el cierre de la misión diplomática son procesos irreversibles.
UNA GRAVE AMENAZA PARA RUSIA
Según Nikolai Mezhevich, presidente de la Asociación Rusa de Estudios Bálticos, para los finlandeses, el despliegue de posibles bases militares de la OTAN es una oportunidad para adquirir plena soberanía sobre el territorio.
Esto es triste, porque la región fue el territorio desmilitarizado más antiguo del mundo, y todos los intentos de cambiar esto de alguna manera en el pasado terminaron en fracaso”, enfatizó.
“Pese a que Finlandia se ha embarcado durante mucho tiempo en el camino de la integración en la OTAN, el despliegue de una base estadounidense en cualquier parte del país sería una grave amenaza para la seguridad nacional de Rusia. Es probable que la decisión sea más de naturaleza psicológica: la remilitarización implica que la política de Helsinki ha cambiado drásticamente y es imposible volver a formas de interacción pasadas, opinó Mezhevich.
Moscú debe dejar claro a la sociedad de Finlandia y, en particular, a los habitantes de las Islas Åland, que ahora su territorio puede convertirse en un objetivo legítimo para Rusia. Cualquier escalada puede tener tristes consecuencias”, advirtió.
La Unión Soviética forzó a Finlandia para fuera un país socialista, sino que limitó significativamente su soberanía en política exterior, a fin de buscar neutralidad en Helsinki.
Por lo tanto, los finlandeses no cometieron ni una sola acción importante de política exterior contra la voluntad de la URSS. Y esto trajo muchos beneficios económicos para Finlandia”, agregó Vadim Trujachev, profesor asociado del Departamento de Estudios Regionales Extranjeros y Política Exterior de la Universidad Estatal de Humanidades de Rusia.
“En todo caso, remilitarizar las islas en la comprensión de la élite finlandesa actual se presenta como un renacimiento de la independencia de la política exterior.
“Si Helsinki decide reconsiderar el estatus del territorio, entonces Rusia enfrentará ciertos riesgos. En particular, puede aparecer allí una base militar estadounidense. Entonces, para nuestro país, la salida del golfo de Finlandia en realidad se cerrará, dada la cercana hostilidad de Dinamarca y Suecia, explica el politólogo.
No descarto que en el futuro Moscú tenga que prestar más atención a nuestra agrupación naval en Kronstadt. Además, se puede plantear la cuestión de rescindir el contrato de arrendamiento del canal Saimaa, que Finlandia utiliza para salir hacia el Báltico a través de las cercanías de Vyborg”, concluyó Trujachev.
PAPEL DE FINLANDIA EN LA OTAN
¿Qué tipo de fuerzas militares tiene Finlandia, cómo puede este país fortalecer exactamente a la OTAN y qué amenazas específicas representan ahora las fuerzas armadas finlandesas para Rusia?», cuestionó el especialista.
Algún político trasnochado finlandés dijo que el 4 de abril de 2023 puede considerarse el segundo día de la independencia, y es una pena, pues en unas cuantas décadas los finlandeses volverán a recordar la época prospera de la neutralidad, apuntó el publicista Alexander Kommari, que vive en Helsinki.
Cuando el entusiasmo inicial se calme, los expertos y los periodistas comenzarán a indagar: entonces, ¿qué aportó exactamente la membresía en la alianza a Suomi? “En un sentido práctico, no tanto: Finlandia se convirtió en socio oficial de la OTAN en 1994 y coopera estrechamente la alianza.
De hecho, durante los últimos años, las tropas finlandesas han participado regularmente en los ejercicios de la alianza. En 1997, Finlandia se unió al Consejo de Asociación Euroatlántico.
El contingente militar finlandés estuvo presente en Afganistán como parte del contingente de la OTAN, y en 2008, Helsinki se unió a la Fuerza de Respuesta Rápida de la alianza, mientras que en 2014 se convirtió en socio del Programa de Oportunidades Mejoradas de la agrupación bélica liderada por Washington.
En mayo de 2017, tuvo lugar en la Laponia finlandesa el mayor ejercicio conjunto de las fuerzas aéreas de Suomi y la OTAN en Europa. Los finlandeses compraban regularmente armas estadounidenses como el gran lote de cazabombarderos F-35, adquirido en 2021.
Entretanto, ¿qué puede ofrecer Helsinki a la Alianza del Atlántico Norte en esta etapa? No tan poco. La contribución de Suomi radica en sus fuerzas armadas y su territorio, recuerda Kommari.
La experta del Instituto Finlandés de Relaciones Internacionales, Minna Olander, destaca que el norteño país posee fuerzas terrestres muy numerosas para su tamaño y tiene el servicio militar obligatorio universal, que abandonaron la mayoría de los países de Europa occidental.
“En caso de guerra, la fuerza del ejército finlandés puede ser de hasta 280 mil personas y la reserva 870 mil. En total, se pueden movilizar casi un millón de personas en una población de cinco millones y medio. Además, Finlandia ha invertido mucho en defensa aérea y artillería, que es una de las más poderosas de Europa”, dice Olander.
Matti Pesu, destacado investigador del Instituto de Relaciones Internacionales de Helsinki, recordó que después de unirse a la alianza, cada guarnición finlandesa es, de hecho, una base de la OTAN, por tanto, no hay que trasladar tropas de otro país hacia allí.
También predice que la membresía en la OTAN podría significar la modernización de las carreteras, aeropuertos y puertos finlandeses para atender mejor las necesidades del ejército.
Los expertos también señalan que los regulares ejercicios conjuntos del ejército finlandés con los colegas de la OTAN, ahora se convertirán en la nueva norma.
“Si las relaciones entre la alianza y Rusia se vuelven tensas, esto, por supuesto, se reflejará en un aumento en el número de ejercicios”, predice.
Entonces, la Laponia finlandesa, ya dominada por la OTAN, se convertirá en uno de los escenarios más probables para las maniobras de las fuerzas noratlánticas, porque después que Suomi se unió al bloque, la frontera se convirtió en la frontera oriental de la alianza.
Ante estos hechos, el ministro ruso de Defensa, Sergei Shoigu, advirtió que la expansión a través de Finlandia y Suecia «requerirá una revisión de los enfoques de la defensa del territorio nacional».
De acuerdo con el el secretario de prensa del Presidente de la Federación Rusa, Dimitri Peskov, se trata de mayor agravamiento de la situación.
La expansión de la OTAN es una invasión a nuestra seguridad e intereses nacionales y, naturalmente, esto nos obliga a tomar contramedidas, dijo Peskov.
Ahora dos países (Finlandia y Estonia) controlan las puertas marítimas de San Petersburgo y si surge un conflicto, entonces la oportunidad estratégica de cerrar el golfo de Finlandia es muy posible», apostilló.
En tanto, la frontera terrestre entre Finlandia y Rusia es de más de mil 300 kilómetros, donde Rusia concentra bases estratégicas de los misiles balísticos intercontinentales y de la Flota del Norte.
Y el suministro de estas bases se lleva a cabo a lo largo de una vía férrea y una carretera, que se ramifican solo al norte del lago Ladoga, lo que les da a las fuerzas de la alianza noratlántica la oportunidad hipotética de cortar esa línea de suministro en cualquier lugar en una extensión de cinco mil kilómetros.
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