Según un informe publicado este lunes por The Trevor Project, un grupo nacional de prevención del suicidio en ese segmento de la población, las leyes y políticas han tenido “un impacto sustancial y negativo en su salud mental durante el último año”.
La investigación arrojó que uno de cada tres jóvenes Lgbtq dijo que su salud mental es mala «la mayoría de las veces» o «siempre» debido a esas políticas discriminatorias que apuntan a su orientación sexual o identidad de género.
El estudio determinó que 2023 es un año récord para la legislación anti-Lgbtq, pues se introdujeron en las legislaturas estatales del país unos 470 proyectos de ley dirigidos a sus derechos.
Al menos 40 de esas iniciativas se convirtieron en ley, advirtió la Unión Americana de Libertades Civiles.
Más del 60 por ciento de los jóvenes que participaron en el tanteo dijeron que conocer los esfuerzos para prohibir o restringir hablar de orientación sexual e identidad de género en las aulas de las escuelas públicas empeoró «mucho» su salud mental.
Incluso alrededor de 80 proyectos de ley estatales presentados este año limitarían la capacidad de los educadores de las escuelas públicas de abordar estas cuestiones con sus alumnos.
El mes pasado, en Florida, la Junta de Educación del estado aprobó una propuesta del gobernador republicano Ron DeSantis para ampliar una controvertida ley de educación estatal que restringe la instrucción en los salones de clase sobre orientación sexual e identidad de género.
La ordenanza, denominada Ley «No digas gay» por sus críticos debido al impacto desproporcionado en los estudiantes y familias Lgbtq, ahora se extenderá hasta la enseñanza secundaria.
Funcionarios de educación y miembros de esa comunidad expresaron su preocupación a causa de las leyes y políticas similares que podrían empeorar el estigma social y la discriminación contra las personas de esa diversidad, especialmente los jóvenes.
El reporte de este lunes arrojó que el 53 por ciento de esos estudiantes confesaron haber sido acosados verbalmente en la escuela debido a su orientación sexual o identidad de género.
Mientras otro 20 por ciento de los educandos de esos grupos declararon haber sufrido contactos sexuales no deseados en la escuela por ser percibidos como Lgbtq.
En tanto, alrededor de 12 por ciento afirmó que abandonó la escuela «porque el maltrato era muy grave» y el nueve por ciento se quejó de haber recibido agresiones físicas a causa de su orientación sexual o identidad de género.
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