En el Salón de Protocolo de El Laguito, de esta capital, el canciller Bruno Rodríguez le dio la bienvenida a las delegaciones y a los representantes de los países garantes, y subrayó que la posición de Cuba en apoyo al proceso de paz de Colombia es y será invariable.
Rodríguez reafirmó la voluntad de su país de contribuir al ciclo de diálogos y señaló que ser garante y sede alternativa es para la isla una alta responsabilidad, que cumplirá de acuerdo con su experiencia.
Agregó que la nación caribeña se mantendrá apegada a sus pautas de discreción imparcial y absoluto respeto a la voluntad de los partes y a los compromisos asumidos.
El jefe de la Delegación de Diálogos del ELN, Pablo Beltrán, subrayó que esta es la hora de la participación de la sociedad, «somos perseverantes e insistentes».
«Un proceso de diálogo serio necesariamente es con la participación de la sociedad, sobre todo de los que jamás han tenido ni voz ni posibilidades de decisión sobre los destinos del país», apuntó.
A su vez, aseguró que su delegación tiene la plena disposición y apuesta por lograr lo que se propuso en México: llegar al cese del fuego y a la participación de la sociedad.
Expresó su deseo de que en este ciclo de conversaciones las partes se respeten y comprendan, así como mantengan la voluntad política de cumplir con los acuerdos y compromisos.
Señaló que entre todos puede construirse un Gran Acuerdo Nacional que garantice la paz definitiva, realice las transformaciones socio económicas necesarias y construya una democracia participativa.
Solo así, añadió, podremos salir de esta espiral de violencia, a la que nos quieren condenar esos enemigos de los cambios y de los diálogos de paz.
Por parte de la Delegación del Gobierno intervino la senadora María José Pizarro, quien aseguró que la paz que quiere Colombia implica salir del fuego cruzado, poder habitar con tranquilidad sus barrios y veredas, reconstruir la cultura y retornar a los territorios que por décadas han tenido que abandonar millones de personas para engrosar los cordones de miseria.
En nuestro criterio, acotó, la mejor forma de contribuir con soluciones al conflicto armado es culminar este tercer ciclo con el acuerdo para la participación de la sociedad, la construcción de la paz con el ELN y el acuerdo del cese al fuego, el cual debe tener como eje fundamental evitar el sufrimiento de la población con la guerra.
Expresó que no se trata de «humanizar la guerra sino de generar dinámicas humanitarias que hagan cada vez más repugnante la violencia; estos son los retos de este tercer ciclo y las respuestas que debemos empezar a darle a nuestro pueblo», acotó.
La mesa de diálogo debe salir de Cuba hacia Colombia, dijo, «para construir con las gentes de nuestra tierra la paz posible, la que hemos soñado por décadas».
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