Después de más de cuatro meses de viajes organizados de pruebas, este martes comenzó la emisión de tickets en las taquillas para utilizar los trenes que conectan el norte y el sur de la capital ecuatoriana mediante 15 estaciones, pero por ahora solamente 10 están habilitadas.
Prensa Latina corroboró la lentitud para comprar los pases con los códigos QR que sirven apenas para un viaje y en determinados momentos del día (de 7:00 a 10:00 y de 16:40 a 19:30).
En algunas estaciones se vivió el caos temprano en la mañana, con largas filas y más de 30 minutos de espera, un grupo de personas desesperadas ingresaron a la fuerza sin pagar.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, quien inauguró la obra en diciembre pasado aunque los viajes comenzaron mucho después, aseguró que “los inconvenientes se irán puliendo, para ofrecer en poco tiempo, un servicio impecable”.
El gerente del Metro, Efraín Bastidas, reconoció que el sistema para la impresión de los boletos presentó problemas y, además, solo capacitaron a 45 taquilleros, cuando se necesitaban al menos 10 más.
La construcción del Metro de Quito costó más de dos mil millones de dólares, incluye un recorrido de aproximadamente 34 minutos desde la primera hasta la última estación y en un futuro podrá beneficiar hasta mil 230 pasajeros por cada uno de los 18 trenes que lo conforman.
El pasaje tiene un valor de 0,45 dólares y, si se integra con los ómnibus, será de 0,60 dólares, pero esa modalidad aún no está activa.
En medio de las dificultades para la movilidad urbana en Quito, los habitantes de esta urbe depositan esperanzas en ese medio de transporte, cuya construcción comenzó hace 12 años y ha tenido múltiples tropiezos, que forzaron a posponer su funcionamiento en varias ocasiones.
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