Según el vocero castrense, durante la jornada de este miércoles la defensa aérea interceptó además 16 vehículos aéreos no tripulados ucranianos y cuatro proyectiles de Himars.
El mayor general Konashenkov aseveró que los derribos ocurrieron en las regiones de Járkov, Sumy y Jersón, en la República Popular de Lugansk y en la República Popular de Donetsk.
Desde el inicio de la operación militar especial, las tropas rusas destruyeron 416 aviones, 230 helicópteros, tres mil 935 vehículos aéreos no tripulados, 421 sistemas de misiles antiaéreos, ocho mil 948 tanques y otros vehículos blindados, mil 95 sistemas de lanzacohetes múltiples y cuatro mil 717 cañones.
A finales de febrero, la agencia Bloomberg informó que Estados Unidos suministraría a Ucrania dispositivos JDAM-ER (Joint Direct Attack Munition Extended Range) modificados basados en un sistema de posicionamiento global que permitiría convertir municiones de aviación en bombas guiadas.
Según ese medio, el dispositivo guiado por GPS se adjunta a una bomba aérea que pesa de 226 a 907 kg y con la ayuda de alerones le permite planear a una distancia de hasta 72 kilómetros.
La operación militar de Rusia en Ucrania la anunció el 24 de febrero el presidente Vladimir Putin para atender a un pedido de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk para proteger a la población de esas regiones en el Donbás, sureste ucraniano.
Durante la operación militar, las fuerzas rusas tomaron el control de las regiones de Zaporozhie y Jerson que pasaron a formar parte del territorio de la Federación de Rusia, junto con las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk.
Occidente en su momento ignoró las propuestas de Moscú para formar un espacio común de seguridad en Europa y evitar el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte a las fronteras con el gigante euroasiático, que veía en ello una amenaza directa para su seguridad nacional.
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