El partido decisivo se jugará este sábado en Sevilla y aunque por plantilla y presupuesto la balanza se inclina por los de la capital, el balompié tiene casi siempre el detalle de ofrecer oportunidades a los pequeños, en este caso los de Pamplona.
Tocado por la derrota ante la Real Sociedad (0-2) y una suerte de humillación anterior frente al Girona (2-4), los merengues sentirán la presión de reconducir una temporada casi gris, en cuento a trofeos se refiere.
El club que dirige el italiano Carlo Ancelotti dejó escapar LaLiga de España hace rato; cedió ante su archirrival Barcelona en la Supercopa nacional; y le resta la Copa del Rey y, especialmente, la Champions League.
Sin embargo, lejos de los momentos sublimes del pasado año, ni el Osasuna será presa fácil, y mucho menos en los dos duelos semifinales (9 y 17 de mayo) el poderoso Manchester City del voraz delantero noruego Erling Haaland.
En cualquier caso, el ambiente es de mucha emoción y expectativas en los aficionados de los dos clubes. Desde Pamplona (norte) salen autobuses repletos para transitar más de 900 kilómetros hasta Sevilla.
Mientras la distancia de Madrid a la capital andaluza es de 533,7 kilómetros por carretera. De todas formas, trenes y aviones también servirán para transportar a los hinchas hasta las cercanías del estadio La Cartuja, con capacidad para 57 mil espectadores.
Se da por descontado la presencia de Su Majestad, Felipe VI, y seguramente de líderes políticos como el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el jefe de la oposición conservadora, Alberto Núñez-Feijóo, y el titular de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno.
Una suerte de pulseo político de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, si bien el fútbol es de otro planeta.
El Real Madrid contará a priori con su plantilla estelar, encabezada por el francés Karim Benzema, los brasileño Rodrygo y Vinicius, los veteranos Toni Kroos y Luka Modric, y el guardameta belga Thibaus Courtois, entre otros.
El contrincante que dirige Jagoba Arrasate, lo intentará todo con jóvenes y experimentados, como el argentino Chimy Avila, el croata Ante Budimir, el marroquí Ez Abde, y los españoles Aimar Oroz, Moi Gómez, Jon Moncayola y David García.
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