“El agua en El Salvador está disminuyendo”, dijo Meraris López, docente e investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Centroamericana (UCA) tras una investigación que realizó el Departamento de Economía de ese centro denominada Acceso al agua y calidad de vida.
De 2012 a 2022, la disponibilidad del líquido habría disminuido en aproximadamente un tres por ciento, mientras que la demanda en el mismo período habría incrementado en un 16.4 por ciento, indicó López en declaraciones citadas por la Radio Ysuca.
La situación es para alarmarse pues datos del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, MARN, indican que el 75.7 por ciento de las muestras tomadas en los cuerpos de agua del país presentaban una calidad mala o pésima, y el 79 por ciento de los ríos necesitan ser intervenidos, mediante planes de descontaminación y saneamiento.
El estudio señaló que El Salvador estaría actualmente dentro de los parámetros de “Suficiencia hídrica relativa”, es decir, en un rango por encima de los mil 700 metros cúbicos por persona al año, con una disponibilidad por individuo de aproximadamente dos mil 800 en igual período.
Estas cifras acerca a los salvadoreños a lo que se denomina “estrés hídrico”, una situación en la que se dispone mil 700 metros cúbicos o menos por persona al año; y más lejos del promedio de disponibilidad hídrica del resto de países de la región.
Nicaragua es el país de mayores reservas en Centroamérica del llamado “oro azul” (agua), pese a los peligros de contaminación de sus principales fuentes, el lago Cocibolca y el Xolotlán. A cada nicaragüense le tocará 38 mil metros cúbicos al año de agua, mientras, por ejemplo, en Haití el percápita sería de sólo mil metros.
Eso indica que los salvadoreños no están lejos de ser afectados por la falta del vital líquido, algo más acentuado cuando sus fuentes principales como el río Lempa está bastante degradado y sobre él pesa la amenaza de que se revoque la ley que prohíbe la minería metálica en el país.
Las investigaciones señalan que entre los factores que afectan la disponibilidad en el país están el cambio del uso de suelo, descarga de residuales sin tratar y el cambio climático.
Desde 2005, otros estudios señalan que una tasa anual de pérdida de bosque del dos por ciento (cuatro mil 500 hectáreas/año) y una merma de cobertura en la cuenca del río Lempa del 27 por ciento, en menos de 15 años, impulsan la amenaza.
Cabe destacar que la mayoría de las fuentes de «oro azul» están amenazadas por contaminantes orgánicos dañinos para el ser humano como pesticidas, herbicidas, hidrocarburos, aceites y otros desechos, algo que en cierta medida trata de remediar el gobierno.
En ese sentido, existe un proyecto de colaboración con la República Popular China para crear un bloque de instalaciones en el Lago Ilopango, cerca de la capital, para construir pozos y bombear agua pura a una porción importante de la población capitalina.
En la actualidad breves ejemplos dan fe de la importancia del líquido en el mundo. Según datos de la revista estadounidense National Geographic en el aún no lejano año 2000, las ventas mundiales de agua embotellada llegaron a cerca de 84 mil millones de dólares, una ganancia nada despreciable.
Indudablemente que este es un negocio en ascenso, pues de 106 mil millones de litros en 2000 la demanda subió en 2006 hasta 178 mil millones, por ejemplo.
Ecuador es el país que consume más agua potable por habitante en América Latina, y sobrepasa con un 40 por ciento el promedio de la región, donde los salvadoreños están amenazados por el estrés hídrico.
Estimados de organismos internacionales predicen que para el 2025 cerca de 50 países enfrentaran serios problemas de sequías y carencias de agua, para hacer realidad advertencias que anticiparon hace muchos años que el liquido seria la causa de las guerras del futuro.
rgh/lb