Con una seguridad garantizada por más de 20 mil policías y agentes de seguridad, apoyados por fuerzas de la Marina, la ceremonia vuelve al Reino Unido a sus raíces históricas, aún cuando se organizan protestas contra la monarquía, con autorización del Ministerio del Interior.
El rey Carlos III, que debió esperar por 70 años en su condición de príncipe heredero para asumir esa responsabilidad, lo hace ahora, casi nueve meses después de encargarse de sus funciones como jefe de Estado, tras el fallecimiento de la reina Isabel II, a los 96 años edad.
Para la coronación están previstas dos procesiones: una que lleva Carlos III y la reina consorte Camila a la Abadía de Westminster, donde se realiza la ceremonia en la que la monarca recibe la corona de San Eduardo.
Una segunda procesión tiene lugar en el Palacio de Buckingham, en cuyo balcón debe aparecer el rey y la familia real para presenciar un desfile aéreo con motivo de la ocasión, destaca el diario The Guardian.
Como en otras monarquías, la coronación, realizada en 39 ocasiones desde 1066, es una ceremonia que simboliza la unión entre la monarquía, la Iglesia y el Estado, afirma por su parte la cadena de radio y televisión BBC.
Para mantener la línea histórica, Carlos III exhibirá en su vestimenta atuendos empleados en el servicio de coronación por el rey Jorge IV, en 1821, por el monarca Jorge V, en 1911, el rey Jorge VI, en 1937 y la reina Isabel II, en 1953.
Entre los numerosos invitados, incluidos unos 100 jefes de Estado, están los reyes de España, Bután y Jordania, y los príncipes de Dinamarca, Noruega y Mónaco.
La delegación de Cuba al evento la encabeza el vicepresidente Salvador Valdés Mesa, mientras que por Brasil asiste el mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
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