Wang Wenbin, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, consideró que de esa manera las partes fortalecerán más los intercambios de ganancia compartida y obtendrán mayores beneficios para sus economías y pueblos.
Recordó los buenos resultados en sectores como comercio, manufactura industrial y energía limpia, entre otros, que ambos lados consiguieron tras la firma en 2019 del memorando sobre la incorporación del país europeo al plan chino.
Enfatizó en la necesidad de aprovechar mejor las oportunidades derivadas del proyecto, con vistas a ensanchar la cooperación y dar impulso a las relaciones bilaterales.
Wang se pronunció así luego que la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, reveló la intención de su gobierno de abandonar la Franja y la Ruta de la Seda, y no renovar el año próximo el acuerdo sobre la participación en la misma.
La nación europea es el único miembro del G7 insertado en el proyecto chino, lanzado en 2013 y llamado a convertirse en una megaplataforma de infraestructuras e intercambios bajo el principio de ganar-ganar.
Sn embargo, su incorporación sigue rodeada de señalamientos y teorías sobre la supuesta amenaza china con trampas de deudas y neocolonización.
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