De acuerdo con la organización sindical, ese incremento “hará más daño que bien”, incidirá con mayor presión sobre los prestatarios y, por tanto, empeorará la difícil situación actual.
Tras el anuncio de la cifra, la más elevada desde 2008, el secretario general del TUC, Paul Nowak, consideró que ahora “la prioridad debe ser la protección del nivel de vida, el impulso a la economía y la salvaguarda de los trabajos de las personas”.
En su consideración, la mejor manera de lograr ese propósito es con un aumento salarial decente, pues la realidad es que, por ejemplo, cientos de miles de hogares no cumplieron con el pago del alquiler o las hipotecas, en abril último, debido a las tasas de interés cada vez más altas.
Otro de los pronunciamientos en contra del tema fue de Positive Money, organización sin ánimo de lucro con sede en esta capital y Bruselas, Bélgica, que promueve campañas por reformas al sistema monetario y bancario.
Para Fran Boait, su codirector ejecutivo, los únicos beneficiarios con esas medidas son los bancos y reconoció que “es hora de frenar esa situación y ayudar a las familias a lidiar con los costos crecientes”.
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