Delegaciones de los rivales, el presidente del Consejo Soberano de Transición (CST), general Abdel Fattah al Burhan, y el caudillo de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, inglés), Mohamed Hamdan Dagalo, acordaron el pacto este martes en la ciudad saudita de Jeddah, aunque sin mencionar cese del fuego.
Estadísticas oficiales cifran en casi 800 los muertos, más de siete mil 500 heridos y unos 200 mil desplazados por cuatro semanas de combates; los sobrevivientes en esta capital, donde residen cinco millones de personas, malviven en sus casas con más de 40 grados de calor, sin agua, electricidad ni víveres.
Tras la rúbrica del acuerdo, la aspiración máxima de los patrocinadores del diálogo, Aarabia Saudita y Estados Unidos, es encontrar terreno de entendimiento para un cese de hostilidades temporal capaz de permitir la llegada de ayuda humanitaria en alimentos e insumos médicos.
A la espera de tiempos mejores, las fuerzas de ambos rivales están empleadas a fondo en los combates en esta capital, la ciudad gemela de Omdumán y la zona de Darfur (oeste) con alto saldo de víctimas.
Residentes en esta capital reportaron vuelos de cazabombarderos de la Fuerza Aérea, leal al presidente del CST, y explosiones que pueden ser fuego artillero o estallidos de las RSF o de bombas lanzadas por los cazabombarderos.
Todo indica que el principal obstáculo a una tregua duradera radica en la certeza de los combatientes de su capacidad de derrotar al otro mientras persiste la incertidumbre sobre las opciones de victoria tanto de al Burhan, como del caudillo de las RSF hasta hace poco aliados y ahora enemigos jurados,
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