La explanada del emblemático monumento se abarrotó desde temprano con el programa ¡A bailar con mamá! que organizó la Secretaría de Cultura del gobierno capitalino, el cual se inició con combates de lucha libre protagonizado solamente por mujeres.
Pero el colofón tan esperado lo marcó la agrupación fundada por Juan Formell cuando con su sonido único e inconfundible puso en movimiento a miles de mexicanos que, como cantaba Benny Moré, bailando parecen cubanos, como lo demostraron esta noche con las ruedas de casino espontáneas, igual que en el famoso espacio de La Tropical en La Habana, o en el malecón.
Los temas “Al paso”, “Sandunguera” “La Bobería” rompieron el “bailómetro” de un pueblo acostumbrado a la música cubana desde tiempos inmemorables y reconocidos como sus mejores intérpretes fuera de la isla.
Esto emocionó mucho a los integrantes de la agrupación reconocida como el tren de la música cubana y considerada como su insignia indiscutible gracias al genio creativo de Formell, un inmortal para sus compatriotas.
La amplia explanada del Monumento a la Revolución, transformada en una gran pista de baile, quedó pequeña y hubo que cerrar calles aledañas y extender hasta ellas potentes altoparlantes para dar cabida a los bailadores.
Al grito de «¡Arriba México!», Los Van Van salieron con gran fuerza al escenario, «a todas las madres de acá de México ¡felicidades!», expresó el vocalista, quien también agradeció a los residentes cubanos que los acompañaron y vitorearon toda la noche.
Tras una decena de temas todos enloquecedores para los fiesteros que las cantaban junto con ellos, “Esto te pone la cabeza mala” fue el climax del furor de un pueblo que se distingue por saber apreciar y agradecer la música de calidad.
El concierto, no hay dudas, fue la apoteosis de ese gran regalo a las madres mexicanas.
ro/lma