Estamos analizando la posibilidad de reabrir la frontera y hemos decidido que será de manera gradual durante los próximos 90 días a través de tres cruces fronterizos, informó el ministro del Interior de Kenya, Kithure Kindiki, en un rueda de prensa conjunta en esta capital.
El puesto fronterizo de Mandera-Bulahawa debe abrirse dentro de los próximos 30 días, seguido del de Liboi-Harhar dentro en 60 días a partir de hoy y luego el de Kiunga-Ras Kamboni el 1 de julio, informó el alto funcionario.
En julio pasado, los dos países anunciaron su intención de reabrir la frontera, pero esto nunca se materializó.
Con 700 km de largo, la frontera fue cerrada oficialmente por Nairobi en octubre de 2011 en un intento de detener los ataques de los islamistas radicales somalíes Shebab en suelo keniano, incluidos los secuestros de turistas y trabajadores humanitarios extranjeros.
El ejército de Kenya intervino poco después en Somalia para luchar contra los Shebab, y posteriormente se unieron a la fuerza de la Unión Africana en Somalia (Amisom, ahora Atmis) en 2012, que persiguió a los terroristas en varios de sus bastiones.
Desde 2011, esta nación africana fue objeto de varios atentados mortales reivindicados por Shebab, en particular contra el centro comercial Westgate de Nairobi (septiembre de 2013, 67 muertos), la Universidad de Garissa (abril de 2015, 148 muertos) y el complejo hotelero Dusit (enero de 2019, 21 muertos).
Aunque han tenido intereses comunes para el enfrentamiento a los radicales, ambas naciones tienen relaciones tensas.
Somalia acusado regularmente a Kenya de injerencia, mientras que este último acusa a Mogadishu de buscar un chivo expiatorio para sus problemas internos, en diciembre de 2020 rompieron reaciones diplomáticas, restauradas en agosto de 2021.
Otro de los temas en conflicto es el curso de su límite marítimo en el Océano Índico, en octubre, la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de la ONU, dio la razón a Somalia otorgándole una vasta área de 100 mil km2 rica en peces y potenciales hidrocarburos, a lo que opuso Kenya rechazó oficialmente esta decisión.
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