En un comunicado, la legación diplomática recuerda que Brigety no proporcionó evidencia para respaldar sus acusaciones, excepto que “apostaría su vida a la exactitud de la afirmación”.
Las palabras del funcionario estadounidense no pueden ser percibidas más que como un intento de influir en la política exterior del Estado sudafricano, soberano e independiente, se afirma en el texto.
Amigos y socios (de Rusia) observan con preocupación que una campaña para presionar a Sudáfrica, obviamente coordinada con los principales medios de comunicación occidentales, está cobrando cada vez más impulso, señala la embajada.
La razón de ello, afirma, es la posición no alineada de Sudáfrica con respecto al conflicto de Ucrania, que resulta insatisfactoria para Estados Unidos.
El atraque del buque de carga Lady R en Simons Town se está utilizando como pretexto, totalmente inventado y tan falso como el presentado por el Secretario de Estado Colin Powell en el Consejo de Seguridad, que fue seguido por una invasión a gran escala de Iraq y costó las vidas de un millón de iraquíes, señala.
Esperamos que no llegue a eso ahora, expresa la embajada.
Si el Embajador Brigety se toma este asunto en serio, se pregunta en el texto, ¿por qué no explica por qué Rusia necesitaría armas y municiones producidas por Sudáfrica, que no coinciden ni con los tipos ni con los calibres de los sistemas actualmente en servicio con las fuerzas armadas de Rusia?
¿Cómo una cantidad tan minúscula de “armas y municiones” que supuestamente fueron “cargadas en el buque” influirían en la situación en el campo de batalla de todos modos?, añade.
Pero lo que es más importante, prosigue la embajada rusa en el comunicado, ¿por qué el diplomático estadounidense se siente perfectamente bien con el hecho de que su país y sus satélites han estado entregando armas a Ucrania desde 2014?
¿Por qué el embajador Brigety –agrega- no dice una palabra sobre el uso de estas armas para atacar ciudades en Donbass, así como las regiones de Bryansk y Belgorod de Rusia diariamente?
La posición del embajador estadounidense, concluye la nota, está en línea con la postura de Washington, “fuertemente dominadas por el doble rasero y la hipocresía”.
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