Mientras la sede de la Asamblea Nacional (Parlamento) continúa cerrada y militarizada, el transporte público, las escuelas y los centros de salud funcionaron con absoluta normalidad.
Si bien organizaciones sociales y sindicales se pronunciaron en contra de la medida y presentaron recursos para impugnarla en la Corte Constitucional, las actividades públicas y privadas, así como los servicios funcionaron en el país de manera habitual.
Quizás algunos esperaron una reacción en las calles ante la decisión del gobernante, considerada ilegítima, pero por el momento la sociedad está en calma, a la expectativa de lo que pueda suceder.
Para el sociólogo Agustín Burbano, esto se debe a que muchos ecuatorianos están cansados del conflicto político.
En entrevista exclusiva a Prensa Latina, el analista argumentó que un sector amplio de la sociedad toma distancia de la coyuntura, aun cuando es víctima de los recortes y las medidas neoliberales, porque cree que el sistema político está entrampado en problemas generados por él mismo.
Otro grupo altamente politizado, con opiniones a favor o en contra del Gobierno, no sale a las calles porque encuentra en la muerte cruzada una solución parcial, capaz de garantizar en 90 días una nueva Asamblea y la salida definitiva de Lasso del poder, explicó Burbano.
En la Corte Constitucional de Ecuador se presentaron más de cinco recursos para impugnar la decisión del gobernante por parte de organizaciones políticas y sociales, pero el órgano judicial no se ha pronunciado hasta ahora.
Entretanto, se espera que esta noche un pleno del Consejo Nacional Electoral defina un calendario para los comicios generales anticipados, aunque se estima que la cita en las urnas podría ser el 20 de agosto.
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