Casi dos meses han transcurrido desde el deslizamiento de tierra que tuvo lugar en esa región de la sierra ecuatoriana y las labores de búsqueda continúan allí pues aún permanecen sepultadas unas 19 personas.
El pasado 26 de marzo, el alud que abarcó una superficie de 24,3 hectáreas dejó 44 personas heridas, mil 34 damnificados y al menos 57 casas fueron destruida en su totalidad mientras otros 163 inmuebles quedaron afectados o en riesgo de un nuevo deslizamiento.
De acuerdo con la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) del país andino, del área del desastre se ha extraído material equivalente a 36 mil 670 metros cúbicos de tierra.
Los equipos de rescate que laboran en esa zona de la sierra ecuatoriana afirman que la búsqueda se realiza bajo el riesgo de que pueda ocurrir otro deslizamiento de tierra al detectar nuevamente algunas grietas en la parte superior de la montaña.
El Instituto de Investigación Geológico y Energético presentó un modelo geosísmico que facilita información sobre la estabilidad de los suelos y podría ayudar a reducir las afectaciones en los inmuebles cercanos al lugar del alud.
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