Llueven las críticas y se dan pocas contemplaciones en torno a la alineación y el planteamiento táctico del entrenador Carlo Ancelotti ante un duelo crucial, que finalmente le dobló el pulso y sacó a los merengues de muchas por decimoquinta Orejona.
Para algunos expertos, hay cuatro aspectos que resultaron lapidarios. El primero, la tozudez del mandamás de la “casa blanca” de no buscar otro delantero luego del fracaso de la contratación del francés Mbappé en el verano de 2022.
Decepción total para las huestes madridistas y la decisión de Florentino de aferrarse a otro francés, Karim Benzema, como tabla de salvación en la nueva temporada. El Balón de Oro de 2022 se lesionó varias veces y nunca recuperó su forma estelar.
El segundo factor del desliz fue el empecinamiento de Ancelotti de no plantear variantes con jóvenes figuras del conjunto y seguir en su apuesta por los veteranos, el propio Benzema, el croata Luka Modric y el alemán Toni Kroos y confiar, además, en que dos brasileños, sobre todo Vinicius Junior, y Rodrygo iban a resolver cualquier contratiempo.
En esa misma línea, depender excesivamente de una recuperación de Benzema que nunca llegó y no confiar por completo en jugadores más jóvenes como los españoles Marco Asensio y Dani Ceballos.
Por último, el Real Madrid fue incapaz de reconocer la calidad del contrincante en su nivel de apelar a distintas variantes, que a la larga le dieron la posibilidad al City de Pep Guardiola de hacer daños de numerosas maneras y conseguir el lapidario 4-0 en el partido de vuelta de las semifinales.
La situación ahora mismo deja en el aire muchas interrogantes. Entre ellas, si la idea de Florentino Pérez es seguir esperando por la eventual llegada de Mbappé o en el futuro del “killer” noruego Erling Haaland, o ir al mercado con urgencia a encontrar un delantero que permita alternativas a Benzema.
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