Un total de 14 acuerdos, contratos y memorándum de intención firmados como colofón de los trabajos de los dos foros demostraron la voluntad de ambos países de entrar en una nueva etapa de sus relaciones económico-comerciales, con puntos concretos determinados en su agenda de trabajo.
La cooperación en la esfera energética, la construcción, la agricultura, la agroindustria y el turismo, entre otras, encontraron tierra fértil en las conversaciones, tanto de empresarios, como de funcionarios de los dos gobiernos, en esta capital.
Desde la celebración de la X Reunión del Comité Empresarial, en septiembre de 2019, en Moscú, el escenario internacional, con más hostilidad de potencias occidentales, cambió para ambos países, ahora igualmente sometidos a medidas punitivas unilaterales.
Pero en las intervenciones del viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernyakov, y de su similar cubano, Ricardo Cabrisas, más bien asomó el espíritu de dar paso a una nueva etapa de nexos comerciales, donde se evalúan planes de inversiones y de cooperación mutuamente ventajosa.
El intercambio comercial superó en 2022 los 452 millones de dólares.
Sin embargo, Cuba tiene una modesta participación en ese balance y por ello el vicejefe de Gobierno llamó a superar ese desequilibrio con un incremento sustancial de las exportaciones de Cuba a Rusia.
Un punto importante en la agenda de ambas partes son las inversiones.
Con la reciente visita del asesor de Economía de la presidencia rusa, Maxim Oreshkin, se concretaron 10 de 15 propuestas de inversiones.
Además, para definir lo relacionado con la creación aquí de una Casa Comercial Rusia-Cuba se firmó un acuerdo de intención para el desarrollo de la empresa mixta Rusmarket.
En el sector de la industria sin humo, como bien recalcó Cabrisas en su momento, la atención está ahora en desarrollar el turismo corporativo y el de salud, mientras que Chernyshenko se refirió al incremento sustancial de vuelos regulares y chárter a partir de finales de mayo.
La compañía Rossia, filial de la aerolínea Aeroflot, se encargará de conectar a estos países, con lo cual se espera una recuperación del flujo de turistas rusos, ahora acompañados con la posibilidad de operar con la tarjeta Mir, cuya utilización Chernyshenko prevé será universal este año.
El vicejefe de Gobierno ruso destacó en ese sentido el desarrollo del proceso para el paso a pagos mutuos en monedas nacionales.
Para ello, el Banco Central de Cuba prevé el registro de filiales de tres bancos rusos, declaró a Prensa Latina el presidente de la parte rusa del Comité Empresarial de ambos Estados, Boris Titov.
Además, el viceprimer ministro ruso se refirió a la intención de establecer en Cuba producciones desde cero, con tecnología rusa, tal y como ocurrió con la modernización de la fábrica Antillana de Acero.
El director general de Antillana de Acero, Reinier Guillén Otero, explicó que las inversiones rusas permitieron reparar la nave de carga de horno, la depuradora, el horno de arco eléctrico y el de cuchara, la máquina de vaciado continuo y el tratamiento de las aguas que recibe la Acería Eléctrica.
Chernyshenko afirmó que una vez puesta a punto, la fábrica podrá producir hasta 240 mil toneladas de acero al año.
Durante las intervenciones de ambos foros se reafirmó la necesidad de establecer una logística segura para el flujo marítimo de mercancías.
Por su lado, Cabrisas consideró necesario potenciar las posibilidades que brinda el desarrollo de la biotecnología en Cuba para la Unión Económica Euroasiática, donde participa como observador, aunque, afirmó, su país no se conforma con un rol formal, pues desea ser proactivo.
Nuestra nación puede ser puente de entrada de Eurasia a América Latina y el Caribe, estimó el también ministro de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera.
Todo ello ocurre en medio de una tensa situación internacional, luego que Estados Unidos arreció en gran medida el bloqueo contra Cuba, a la cual incluyó en una espuria lista de países que patrocinan el terrorismo.
Contra Rusia se aplicaron más de 11 mil medidas punitivas unilaterales y aún están por venir otras más, pero tanto ese país como Cuba buscan blindar sus nexos comerciales, ahora que la presión contra ellos aumenta.
oda/to