El encuentro de los equipos Alianza Fútbol Club (Alianza) y Futbolistas Asociados Santanecos (FAS), dos de los conjuntos más emblemáticos de la Primera División del país, estuvo precedido por una interminable marcha blanca de la afición aliancista (Albo) en caravana hasta el Cuscatlán, sin imaginar que la tragedia estaba cerca.
Los bombos de La 96 encabezan la caravana. «Cómo no te voy a querer», «Movelo» y más. Sí, todo es blanco, comentaban medios locales al recrear el ambiente festivo.
A la par, en carro o camión, bus u otros, aparecen algunos fanáticos (del equipo FAS) que se lanzan con un par de improperios para los albos, reseñaban medios locales el ambiente que anticipaba la confrontación deportiva, no exenta de la violencia que a veces traen estos desafíos.
El Diario El Salvador indicaba en una gráfica que “sin duda, es ambiente de final» cuando se disputaría el pase de cuartos de final.
Lejos estaban los salvadoreños y cronistas de que la noche terminaría de manera trágica.
Las reacciones no se hicieron esperar, incluso, el presidente de la República, Nayib Bukele, reaccionó con un mensaje en redes sociales. “Todos serán investigados: equipos, directivos, estadio, boletería, liga, federación, etc. Sean quiénes sean los culpables, no quedarán en la impunidad».
Por su parte, la Federación Salvadoreña de Fútbol (Fesfut) anunció la suspensión «a nivel nacional» de los partidos programados para este domingo 21 de mayo e informó de una reunión de urgencia hoy en la mañana con la Comisión de Seguridad de Escenarios Deportivos.
Sin dudas, con la «investigación exhaustiva» caerán cabezas y como dijo el alcalde capitalino, Mario Durán “Lo que hoy ha ocurrido no debe quedar en la impunidad, los culpables pagarán por sus acciones u omisiones”.
El director de la Policía Nacional Civil, Mauricio Arriaza Chicas, anunció sobre la grama del estadio que habían iniciado una investigación criminal junto con la Fiscalía General de la República para establecer responsabilidades luego de conocerse denuncias de sobreventa de boletos.
El hecho tuvo otros matices cuando autoridades denunciaron que existe información del lanzamiento de piedras “a nuestros socorristas, bomberos, policías y personal médico, lo que puso en peligro también a las personas que eran trasladadas hacia esos centros asistenciales”.
Las investigaciones están en curso pero los muertos están ahí y una vez más aquí, como en otros muchos estadios en el mundo, la violencia sobrepasa la alegría para convertirse en tragedia.
oda/lb