Según el sitio Travesíasdigital.com, el colorido arte de Kusama promete la asistencia de multitudes en el museo David Zwirner de la gran manzana, cuando a la vista del gran público salten sus enormes esculturas de flores y calabazas.
La evidente creatividad de este ícono del arte contemporáneo es muy fácil de detectar y a su edad aun produce obras de gran calibre, las cuales se exponen en todo el mundo convertidas en un fenómeno cultural, expuso la fuente.
Desde el 11 de mayo la exposición titulada «I spend each day embracing flowers» se revela en esa institución neoyorkina que representa a la virtuosa desde hace una década, y la misma incluye pintura, escultura, instalaciones y el esperado nuevo reflector infinito.
Las salas de espejos o infinity rooms son producidas por la nonagenaria creadora desde 1965 y representan una mezcla entre instalación artística, atracción de masas y escenario de selfies.
De acuerdo con otra fuente sobre viajes, traveler.es, asistentes al salón se concentran en torno a un cubo blanco que alberga la última de las más de veinte piezas de la nipona.
La sala lleva el singular título «Soñando con la esfericidad de la Tierra, yo ofrecería mi amor» y constituye un espacio caleidoscópico con luz natural la cual crea, a través de ventanas de colores, círculos azules, amarillos y rojos multiplicados sin fin, citó el sitio.
El museo David Zwirner -previo organizador de estos eventos de la artista en su universo inmersivo-, presume de ofrecer una de las exposiciones de Kusama más grandes hasta la fecha.
Se trata de su última apuesta en 2021 la cual recibió a casi 10 mil personas, cifra digna de un museo que puede aumentar al tener en cuenta su popularidad.
En los años 70 esta artífice del arte contemporáneo japonés se fundió con la comunidad artística neoyorkina codeándose con personajes como Andy Warhol, importante creador estadounidense del pop art.
Varias de las obras de Kusama pertenecientes a las primeras etapas pueden verse todavía en las salas del Museo de Arte Moderno de Nueva York, más conocido por MoMa, o en las muestras del Jardín Botánico de la urbe.
En este sitio natural hace dos años se apreciaron enormes esculturas escondidas entre plantas, árboles cubiertos de lunares e invernaderos inmersivos.
La metrópoli fue también paralizada por las réplicas robóticas hiperreales de la artista, quien forma parte de la cultura pop, y por los murales estrenados hace unos meses con un mosaico permanente en la estación Grand Central Madison Manhattan.
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