Representantes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que integran la KFOR, agredieron a serbios apostados frente a un edificio administrativo en la zona de Mitrovica, afirmó el diario Vecherni Novosti.
Los serbios realizaban una protesta pacífica frente a un edificio administrativo, ocupado desde el pasado día 26 por la policía especial kosovar, a donde este lunes llegaron fuerzas de la KFOR que demandaron a los manifestantes alejarse de ese inmueble.
Ante esa maniobra, el máximo dirigente del partido Lista Serbia, Igor Simich, pidió a los participantes en la protesta realizar una sentada con las manos alzadas para mostrar el carácter pacífico de la demostración, narró el referido rotativo.
Sin embargo, los integrantes de las fuerzas de la alianza atlántica, que se instalaron en Kosovo en 1999, tras el fin de los bombardeos ilegítimos de ese bloque contra la entonces Federación Yugoslava, arremetieron contra Simich y lo detuvieron.
A ello siguieron al menos 30 disparos de granadas de aturdimiento y de gases lacrimógenos contra los protestantes, con saldo de dos lesionados serbios.
Esta jornada, las fuerzas de KFOR bloquearon el paso de los ciudadanos serbios a los edificios administrativos de las regiones norteñas de Zvechan, Leposavic, Zubin-Patok y Kasovska-Mitrovica, que deseaban expresar su desconocimiento de recientes comicios locales.
Las autoridades de Kosovo, gobernada por su mayoría de origen albanés, decidieron realizar en el norte de esa región elecciones municipales, boicoteadas por la minoría serbia, lo que llevó a una magra asistencia a las urnas de poco más del tres por ciento.
Sin embargo, Pristina consideró válidos esos comicios y se dispuso a situar allí a sus representantes, en zonas donde los serbios son la gran mayoría.
La publicación afirma que, lejos de cumplir con sus funciones como parte de la KFOR, las fuerzas de la OTAN protegieron la toma de los mencionados edificios administrativos por la policía kosovar.
En medio de esa situación, el presidente serbio, Alexander Vucic, cuyo gobierno defiende la jurisdicción sobre Kosovo, que considera como su provincia, puso en estado de máxima alerta a las fuerzas armadas y trasladó a parte de ellas al límite con esa región.
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