La situación empeoró en los campos de refugiados de Dadaab, en el este del país, donde un brote similar creció y existe un riesgo de epidemias de otras enfermedades gastrointestinales, según la organización Médicos sin Fronteras
El campamento de Dadaab alberga a más de 300 mil personas refugiadas, la mayoría de la vecina Somalia, y su población aumentó debido a la sequía en ese país del denominado cuerno africano.
Según testigos existe un grave hacinamiento y no alcanzan los servicios de sanidad y agua potable en el lugar.
El director de esa organización en Kenya, Hassan Maiyaki, destacó que el riesgo de otras epidemias es alto, lo que se puede convertir en una catástrofe que sobrepase las capacidades hospitalarias existentes.
A pesar de las campañas de vacunación contra el cólera y de promoción de la salud del Ministerio de Salud el brote actual requiere mayor atención, señaló el funcionario, y en este sentido solicito ayuda de la comunidad internacional.
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