Tras expresar su malestar por tal acto, mediante un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de este país africano llamó a las partes en conflicto en Sudán a que no practiquen la violencia y protejan a las representaciones diplomáticas, como lo establece la Convención de Viena.
Hace cinco días, la cancillería de este territorio africano condenó un ataque en Jartum contra la oficina del agregado militar libio, acto que consideró como criminal.
Según el portal digital Africa News, otros países como Arabia Saudita y Qatar, también condenaron los asaltos contra sedes diplomáticas en Sudán.
Tanto Libia como otros Estados reiteraron varias veces su llamado a poner fin al conflicto en Sudán, el cual estalló el pasado 15 de abril con enfrentamientos entre el Ejército nacional y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido.
Informes de fuentes médicas apuntan que las muertes de civiles en Sudán se acercan al millar, entre ellas 190 niños, con más de seis mil heridos, numerosos desaparecidos y más de un millón de desplazados.
Sudán, con 45 millones de habitantes y ubicado en el este de África, es uno de los países más pobres del mundo, y según Naciones Unidas 25 millones de personas en ese Estado padecen hambre y desnutrición.
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