A pesar del rechazo popular a su gestión, el mandatario afirmó antes de partir a su viaje que a su retorno definiría su posible candidatura para los comicios extraordinarios, donde los ecuatorianos elegirán a los jefes del Ejecutivo y los legisladores.
Este es un diálogo que debemos mantener con el movimiento CREO y también con mi equipo de Gobierno, así que espero al regreso mantener esas reuniones, comentó el gobernante el pasado lunes.
Poco después de su decreto de muerte cruzada, que disolvió la Asamblea Nacional (Parlamento) y adelantó los sufragios generales, Lasso dijo al diario estadounidense The Washington Post que no sería candidato, pero al parecer cambió de opinión.
Apenas el 14 por ciento de los ecuatorianos apoya la administración del mandatario, según una encuesta de la empresa Perfiles de Opinión divulgada a propósito del segundo aniversario de la llegada de Lasso al gobierno.
El decreto de muerte cruzada emitido el 17 de mayo obligó a organizar un proceso electoral en 90 días para escoger presidente, vicepresidente y 137 asambleístas, que solamente estarán en el cargo hasta 2025.
La decisión de Lasso, aunque fue considerada fraudulenta porque fue utilizada para salvarse del juicio político, es catalogada aquí como una esperanza para el país en medio de la crisis política y de inseguridad, así como los problemas económicos.
Aunque ya hay alrededor de siete aspirantes a la sustitución de Lasso, hasta el momento ninguna candidatura se ha hecho oficial ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) y el 10 de junio vence el plazo para inscribir los nombres que estarán en las papeletas.
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