Según un comunicado de las fuerzas armadas burkinabesas, tras el ataque armado los supuestos radicales fueron obligados por los guardias de seguridad, con apoyo de dos unidades regulares, a retirarse del lugar del asalto, ubicado en las proximidades de Tibou, provincia de Loroum.
En su informe el Estado Mayor del Ejército celebró el empuje de los uniformados, los cuales propinaron una contundente derrota a los terroristas.
Tal ente militar admitió que como consecuencia de la embestida del grupo de radicales, murieron dos civiles que eran parte del convoy.
Los asaltos efectuados desde 2015 por formaciones extremistas en Burkina Faso, entre ellos el Estado Islámico en el Gran Sahara y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, dejaron saldo de unos 10 mil muertos y una cifra superior a los dos millones de desplazados, según organismos humanitarios.
Dentro de este territorio africano, donde ocurrieron dos golpes de estado, uno en enero de 2022 y otro en septiembre de ese mismo año, gobierna una junta militar, encabezada por el capitán Ibrahim Traoré.
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