El reconocimiento, con carácter anual, lo otorga el grupo radicado en Seattle a activistas de base por su liderazgo y trabajo para crear un mundo más humano y justo.
Al agradecer la distinción, el profesor cubano residente en esa ciudad expresó a Prensa Latina que no cree ser merecedor de tal honor, porque el deber se cumple sencilla y naturalmente.
Hace mucho tiempo –dijo- me ha quedado claro que “toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.
En cuanto a premios, el más grande que me ha dado la vida ha sido la oportunidad de luchar todos los días por la familia cubana, añadió.
La medalla que atesoro con más ternura es el amor de mi familia y el cariño de mi pueblo, apuntó el activista al insistir “más que para mí, este premio de hoy es para todos ustedes, puenteros y puenteras, cubanos y cubanas, gente diversa de aquí y de allá”.
LELO tiene una historia de medio siglo de lucha por la justicia social y los derechos de trabajadores, minorías y emigrantes en Estados Unidos y el mundo.
El premio incluye trofeo y una suma en metálico que “utilizaré para llevar insumos médicos a hospitales pediátricos en Cuba, así como para seguir desarrollando y construyendo #PuentesDeAmor”, afirmó Lazo.
“Saben cómo voy a comprar jeringuillas…¡ay mamá!”, exclamó el líder de Puentes de Amor, una de las organizaciones más activas en Estados Unidos a favor del levantamiento del bloqueo impuesto al país caribeño hace más de seis décadas por la Casa Blanca.
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