En conferencia de prensa, Carricarte subrayó las potencialidades existentes para el empresariado insular (tradicionales y privados), a fin de promover la exportación hacia Estados Unidos de productos como miel, café y carbón.
Resaltó que en los intercambios también se abordaron las transformaciones que tienen lugar en Cuba, y señaló que se trata de la primera acción del programa previsto, el cual incluye una agenda de trabajo en lo que resta del año.
Contempla, incluso, recibir misiones comerciales en el futuro y la probabilidad de interactuar directamente con las empresas cubanas.
Otro elemento de interés, dijo, es la posibilidad de que las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) cubanas puedan conectar con sus pares estadounidenses.
Por su parte, el representante de la fundación Hope for Cuba, Jorge Ignacio Fernández, recalcó que la entidad crea puentes con empresarios interesados no solo en comerciar con la isla, sino en trabajar en temas como la energía sostenible, e incluso con compañías de dispositivos médicos interesadas en realizar las vacunas cubanas.
En opinión de Fernández, el próximo paso será realizar un foro en Washington para mostrar cómo comerciar con Cuba.
En tanto, el empresario estadounidense Mark Baum significó su interés por conocer el mercado cubano para determinar en cuáles áreas es posible colaborar, además describió las características de los lugares que representa.
Mark trabaja en la industria de bienes de consumo empaquetados y tiene más de 30 años de experiencia, actualmente se desempeña como vicepresidente senior de Relaciones con la Industria y director de Colaboración del Instituto de Comercialización de Alimentos.
Ambos empresarios coincidieron en las afectaciones ocasionadas por el bloqueo estadounidense a Cuba y en la inclusión de la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo, aunque resaltaron que pese a ello existen pequeñas posibilidades que se deben aprovechar a favor del comercio.
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