El diario estadounidense Miami Herald y la revista ecuatoriana Plan V divulgaron recientemente que la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia pagó 250 mil dólares a las empresas Global Research and Asset Management LLC (GRAM) y Perceptual Advisors LLC.
El objetivo era mejorar la imagen del mandatario en Estados Unidos y Reino Unido durante el proceso de juicio político, que impulsaba la Asamblea Nacional (Parlamento) en su contra por el delito de peculado y que quedó inconcluso al decretar la muerte cruzada.
El Registro de Agentes Extranjeros de Estados Unidos muestra que GRAM actuaba como representante de la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia y Wendy Reyes, titular de esa entidad, aparece como la funcionaria de contacto.
Existen cuestionamientos sobre por qué el contrato lo hizo el Ejecutivo a través de GRAM como empresa intermediaria, compañía que fue dirigida por Miguel Macías, un exfuncionario del Banco de Guayaquil, del cual Lasso es uno de los principales accionistas.
A su vez, el influyente periodista ecuatoriano Orlando Pérez evidenció que GRAM y Perceptual Advisors LLC eran dueñas de dos aviones, uno de ellos fue vendido y el otro aún lo utilizan como jet privado para viajes oficiales y citas médicas de Lasso.
Usar el avión no es un problema, pero sí confirma que las firmas Perceptual Advisors LLC y GRAM, beneficiarias de un contrato público y “dueñas” de ese medio de transporte, están vinculadas directamente con Lasso y su familia, afirmó Pérez.
Hasta ahora, el Gobierno no se ha pronunciado públicamente sobre las revelaciones que vinculan al jefe de Estado con este nuevo escándalo de corrupción.
Anteriormente, el nombre de Lasso apareció en los Pandora Papers, donde afirman que poseía empresas offshore en paraísos fiscales, fue acusado de peculado por presuntas irregularidades en la estatal Flota Petrolera Ecuatoriana y el caso Gran Padrino lo vinculó con el narcotráfico.
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