Según explicó el alto funcionario ruso a la agencia de noticias Sputnik, el nivel del agua se redujo de 10 a siete metros en Nóvaya Kajovka; de cinco a tres metros en Alioshki; y de cinco a cuatro metros en la localidad de Gólaya Pristan.
Saldo especificó que, según las previsiones preliminares del Instituto de Hidráulica de Rusia, RusHydro, el Dniéper habrá retomado para el 16 de junio su cauce habitual, y el agua abandonará las localidades de las provincias de Jersón y Zaporozhie que anegó.
Un total de 795 personas y 344 medios, según el funcionario, trabajan para mitigar los efectos de las inundaciones, en medio de los continuos bombardeos del ejército ucraniano.
Más de seis mil residentes, entre ellos 235 niños y 81 personas de movilidad reducida, han sido evacuados hasta ahora desde las áreas anegadas en los municipios de Nóvaya Kajovka, Alioshki y Gólaya Pristan, en tanto, 32 personas han sido trasladadas a hospitales y más de mil 700, a centros de acogida.
Una parte de la presa hidroeléctrica de Kajovka, en el curso bajo del Dniéper, sufrió graves daños estructurales en la madrugada del 6 de junio, por un presunto ataque o acto de sabotaje del que Moscú y Kiev se acusan mutuamente.
Los destrozos provocaron una descarga descontrolada del agua desde el embalse de Kajovka e inundaciones en ambas márgenes del río, controladas respectivamente por las tropas de Rusia y Ucrania.
La central hidroeléctrica de Kajovka completa al sur una cascada de seis represas a lo largo del Dniéper.
Construida en la década de 1950, la presa se encuentra cerca de la ciudad de Nóvaya Kajovka, en un territorio bajo control de las tropas rusas y perteneciente a la provincia de Jersón, que se incorporó a Rusia a finales de septiembre de 2022.
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