En declaraciones al diario La Prensa, la funcionaria admitió que se trata de un tema regional y citó experiencias de naciones como Brasil y Chile, con políticas de cielo abierto y que permiten que todos los migrantes lleguen.
Lo más importante es que los organismos internacionales deben entender que el concepto de movilidad humana no se aplica, ya que aquí no hay nada humanitario y le estamos haciendo un favor al Clan del Golfo, de Colombia, en el tráfico de migrantes, remarcó.
También subrayó que cerrar la selva de Darién, en el oriente del país y fronteriza con Colombia, es imposible por su extensión y la propuesta radica en que los países que cerraron la frontera durante la pandemia de Covid-19, lo hagan nuevamente y que nos sentemos los países a conversar de qué manera se les puede dar un mejor futuro a estas personas.
Actualmente están cruzando por día entre 800 y mil migrantes, pero lo que más le inquieta a Gozaine es el aumento de menores de edad en la selva.
En todo el 2022 contabilizaron 39 mil 367 niños, pero este año (que no va ni por la mitad) ya han reportado 33 mil 868, señaló el rotativo.
Más de 600 mil personas han pasado por Panamá desde 2019 y cada uno paga en Colombia alrededor de 900 dólares, si lo multiplicas veremos que se trata de un gran negocio, del cual se aprovecha el crimen organizado, indicó.
Sobre los flujos precisó que en 2022 entraron al Darién 250 mil personas y en lo que va de 2023 la cifra es de 171 mil 544 caminantes
Desde 2019 entre todas las instituciones Panamá ha destinado en la atención a migrantes irregulares unos 65 millones de dólares, según Gozaine, lo que incluye gastos de alimentación, salarios del personal, agua, luz, recolección de desechos, transporte, viáticos, insumos para las estaciones receptoras, salud y medicamentos, entre otros gastos.
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