La producción total de energía de Francia ascendió el pasado año a 475 teravatios hora (Twh), su nivel más bajo desde 1992, pero el dato vino acompañado por un descenso importante del consumo (463 Twh), que dejó un saldo prácticamente equilibrado al término del ejercicio.
De acuerdo al informe del Instituto Nacional de Estadística (Insee) la participación de las centrales nucleares en el total fue del 62,10 por ciento, mientras que las energías hidroeléctrica, eólica, solar y otras renovables alcanzaron el 23,36 por ciento, y la energía térmica el 14,73 por ciento.
Al tiempo, el documento de la Secretaría General de Planificación Ecológica, publicado hoy por Le Monde, mostró que el gobierno busca elevar los objetivos de desarrollo de las energías renovables de aquí a 2030, y también aumentar de seis a ocho el número mínimo de reactores nucleares que deben construirse.
El primer objetivo es reducir el consumo de energía un 17 por ciento de aquí a 2030, y cumplir con la estrategia nacional de bajas emisiones de carbono, que prevé una reducción del 55 por ciento, con respecto a 1990, para el final de la década.
Además, el ejecutivo busca alcanzar una producción eléctrica de 558 TWh (+25 por ciento) en 2030, donde las energías eólica y fotovoltaica alcancen una mayor participación que en la actualidad, pero sin especificar datos concretos.
A la espera del debate en la Asamblea Nacional, previsto para el otoño, de la primera gran ley de programación energética y climática, el informe muestra la intención del ejecutivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero pero seguir produciendo la suficiente energía para satisfacer la demanda en todo momento.
mem/acm