“La relevancia de este logro es obvia pues las personas que necesitan un trasplante solo pueden confiar en el material de donantes, pero la demanda supera con creces la oferta. Según estadísticas mundiales, solo una de cada 70 personas recibe tratamiento”, destacó Timashev.
Según el científico, la córnea natural está compuesta de colágeno, por lo que se creó un prototipo a partir de esa sustancia extraída de ciertos animales, a la cual primero se le aplica un proceso de purificación por electrodeposición de colágeno, y se obtiene un material mecánicamente fuerte e hipoalergénico.
El siguiente paso fue hacerla transparente, tarea de la que se encargaron cirujanos oftálmicos, y crearon una absolutamente biocompatible, transparente y con las propiedades necesarias, agregó Timashev.
La singularidad de este desarrollo radica en la tecnología de fabricación de membranas. Permite la producción a gran escala de córneas, lo que reducirá su coste y las hará accesibles a la mayoría de los pacientes.
Para Timashev, este éxito es el resultado de décadas de investigación, pues durante más de medio siglo los científicos rusos realizaron investigaciones para revelar las propiedades excepcionales del colágeno.
Antes de que comience la producción en masa de córneas artificiales deberán pasar varios años, pero ya está claro: millones de personas en el planeta podrán volver a ver el mundo, concluyó el científico.
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