De acuerdo con lo difundido por los medios de prensa aquí, esta postura fue expresada por el representante de Siria ante la Oficina de la ONU en Ginebra, el embajador Haider Ali Ahmed, durante una sesión de debate general sobre la parte humanitaria de la labor del Consejo Económico y Social que se reúne actualmente en en esa ciudad suiza.
Estas medidas punitivas dificultan la llegada de ayuda humanitaria y el proceso de fomento, y constituyen un gran desafío ante en el empeño para salvar varios sectores vitales básicos, afirmó el diplomático.
Agregó que desde el comienzo de la guerra en 2011, el Gobierno no escatimó esfuerzos para cumplir con su deber de satisfacer todas las necesidades humanitarias de sus ciudadanos y mejorar sus condiciones de vida, a pesar de todas las dificultades generadas por el conflicto y las sanciones.
El delegado ratificó la disposición de Damasco a cooperar con las Naciones Unidas y sus organizaciones humanitarias para brindar asistencia a todos los sirios sin discriminación y lograr una pronta recuperación mediante la rehabilitación y reconstrucción de la infraestructura de servicios y las instalaciones civiles afectadas por esta guerra.
Según el diplomático, es necesario mejorar la entrega de asistencia humanitaria y evitar su politización, así como duplicar el tamaño de los proyectos de recuperación temprana en cantidad y calidad.
En junio del 2020, y a pesar de las secuelas de la guerra y la pandemia de la Covid-19, Estados Unidos aplicó de manera unilateral nuevas sanciones extraterritoriales contra Siria bajo el nombre de Ley César, destinada a asfixiar a Damasco.
Las autoridades aseguran que las políticas de bloqueo y la imposición de medidas económicas coercitivas unilaterales son parte de las ciegas disposiciones coercitivas de Occidente y la otra cara del terrorismo que derramó la sangre de los ciudadanos de esta nación árabe.
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