Según dijo el propio Prigozhin en su canal de Telegram, la compañía Wagner detendrá el desplazamiento de sus columnas y las retornará a sus campamentos, pues comprendió toda la responsabilidad por la sangre rusa que podría ser derramada por cada una de las partes.
“Nosotros retornamos nuestras columnas, cuya vanguardia se encontraba a unos 200 kilómetros de la región de Moscú, y nos vamos de regreso en dirección a los campamentos en correspondencia con lo acordado”, precisó el fundador y jefe de los Wagner.
Previamente la oficina presidencial belarusa informó que existía una opción absolutamente ventajosa y aceptable de resolver la situación sobre la mesa, con garantías de seguridad para los combatientes del Grupo Wagner, y con la premisa de que era inadmisible provocar un baño de sangre en territorio ruso.
El 23 de junio, en el canal de Telegram de Evgueni Prigozhin se publicaron varias grabaciones de audio con su voz. En particular, ese empresario afirmó que sus unidades habían sido atacadas y culpó de ello a la cúpula militar de Rusia.
A su vez, el Servicio Federal de Seguridad ruso abrió una causa penal por llamamiento a la rebelión armada. El Ministerio de Defensa de Rusia calificó de falsa la información sobre los ataques a los «campamentos de retaguardia del Grupo Wagner».
En su discurso a la población, este sábado en la mañana, el presidente Vladimir Putin calificó las acciones de las estructuras del Grupo Wagner de rebelión armada y traición. El jefe de Estado ruso aseguró que las medidas contra los insurgentes serían duras.
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