El jefe militar comunicó que las fuerzas Ajmat no se retiraron completamente de la línea del frente; y solo salieron aquellos que podían ser sustituidos por otras unidades.
En estos momentos, las unidades de Ajmat regresan lentamente a la zona de la operación militar especial para combatir por la liberación de Márinka.
Según el líder checheno, Ramzán Kadýrov, los combatientes de la unidad fueron enviados a Rostov del Don «para tomar el control de la situación en caso necesario».
«Los combatientes llegaron rápidamente al lugar y esperaron órdenes para empezar a realizar sus tareas», dijo Kadyrov en su canal de Telegram, y agregó que «la situación finalizó sin enfrentamientos directos» y que las posiciones en la zona de la operación militar especial las mantuvieron los grupos de reserva.
El 23 de junio, en el canal de Telegram de Evgueni Prigozhin, fundador de la empresa militar privada Grupo Wagner, se publicaron varias grabaciones de audio con su voz. En particular, ese empresario afirmó que sus unidades habían sido atacadas y culpó de ello a la cúpula militar de Rusia.
A su vez, el Servicio Federal de Seguridad ruso abrió una causa penal por llamamiento a la rebelión armada, mientras que el Ministerio de Defensa calificó de falsa la información sobre los ataques a los campamentos de retaguardia del Grupo Wagner.
El sábado, el presidente Vladimir Putin, en un discurso a la nación, calificó las acciones de Wagner de insurgencia armada y traición, asegurando que se actuaría con dureza contra los sublevados.
De acuerdo con Putin, su homólogo belaruso, Aleksander Lukashenko, mantuvo conversaciones la víspera con Prigozhin, que desembocaron en un plan para desescalar la situación.
Prigozhin anunció que sus unidades se retiraban a sus campamentos, y el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, comunicó que el fundador del Grupo Wagner «se irá a Belarús».
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