Según un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, las autoridades de Beijing califican de asunto puramente interno la situación desatada el sábado pasado en el país euroasiático.
No obstante, expresaron apoyo a Moscú al recordar que es un vecino amistoso y un socio estratégico con quien mantiene coordinaciones en la nueva era.
Aparte del pronunciamiento oficial, trascendió que el canciller chino, Qin Gang, recibió hace unas horas al viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Andrei Rudenko, y repasaron cuestiones de la agenda bilateral, regional e internacional.
El visitante igualmente conversó con su homólogo Ma Zhaoxu, quien abogó por una comunicación puntual a fin de consolidar los vínculos mutuos y proteger en conjunto los intereses de cada lado.
Este sábado Rusia vivió momentos de tensión tras un intento de rebelión armada protagonizado por el grupo Wagner.
El mandatario belaruso, Alexander Lukashenko, tras un contacto telefónico sostenido con su par Vladimir Putin, entabló conversaciones con el fundador del grupo militar privado, Evgueni Prigozhin, y éste aceptó poner fin a la insurrección de unos 20 mil hombres bajo su mando.
Prigozhin, quien ordenó tomar el control del estado mayor del Distrito Sur de las fuerzas armadas rusas, en la ciudad de Rostov del Don y marchar hacia Moscú, suspendió el movimiento de sus fuerzas en todo el territorio ruso y su regreso a campamentos en la región del Donbass.
El arreglo con Lukashenko incluyó la cancelación de una investigación abierta por la seguridad rusa para presentar cargos contra el fundador del grupo Wagner, quien recibió garantías de Putin de viajar a Belarús y de protección para los miembros de la agrupación armada privada.
Wagner estuvo involucrada en la toma del control por Rusia de la ciudad de Artimiovsk (Bajmut para los ucranianos), en Donetsk, pero su máximo dirigente se refirió ayer a un supuesto ataque coheteril contra un campamento del grupo, hecho desmentido por el Ministerio ruso de Defensa.
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