Según los resultados de la investigación presentada en la cita que se realiza en esta capital, Dinamarca, tres meses después de padecer una infección leve los hombres tienen menos concentración y una menor movilidad de espermatozoides.
Los expertos pensaron que la calidad del semen mejoraría una vez que se generaran nuevos espermatozoides, pero no es así, y se desconoce qué tiempo puede tomar revertirse esa situación, e incluso pudiera darse el caso que los daños sean permanentes.
Recordaron los científicos que el virus SARS-CoV-2 puede afectar los testículos y los espermatozoides, pero aun se desconoce el mecanismo, aunque se presume que la inflamación y el daño al sistema inmunológico podrían estar involucrados.
«El proceso inflamatorio puede destruir las células germinales al infiltrarse en los glóbulos blancos involucrados en el sistema inmunológico y reducir los niveles de testosterona al afectar las células intersticiales que producen la hormona masculina» subraya la investigación.
Los científicos no desestiman que el deterioro de los requisitos del semen puede no deberse a un efecto directo del SARS-CoV-2, por lo que es probable que haya factores adicionales que contribuyan a la disminución de los parámetros espermáticos a largo plazo.
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